¿Por qué es importante la pronunciación en los niños?
La pronunciación es clave para comunicarse bien. Cuando los niños aprenden a decir bien las palabras, los demás los entienden mejor —y eso les da más seguridad y ganas de hablar. No se trata de sonar perfecto, sino de que se entienda lo que dicen.
Aquí tienes dos razones importantes para trabajar la pronunciación desde pequeños:
Hablar con confianza desde el principio
Cuando los niños se sienten cómodos pronunciando palabras en inglés, participan más en clase, se comunican con otros niños y se expresan sin miedo. Una buena pronunciación reduce la frustración y el miedo a equivocarse.
Y cuando se escuchan hablando claramente, se sienten más seguros y con más ganas de seguir aprendiendo.
Cómo la pronunciación mejora todo el aprendizaje del idioma
La pronunciación no es una habilidad aislada —está conectada con la comprensión oral, la lectura y hasta la escritura. Si los niños prestan atención a cómo suenan las palabras, se vuelven más conscientes de los sonidos del idioma. Esto les ayuda mucho a leer con más soltura y entender mejor lo que leen.
Además, repetir palabras en voz alta refuerza su memoria y hace que el inglés les suene más natural.
Actividades divertidas para mejorar la pronunciación
Ahora que ya sabes por qué es tan importante, toca ponerse manos a la obra. Aquí tienes nuestras actividades favoritas para trabajar la pronunciación de forma divertida y efectiva.
Son perfectas para clases, sesiones online o ratos en casa en familia.
1. Trabalenguas – Practicar sonidos difíciles con risas
Los trabalenguas son frases diseñadas para trabajar sonidos concretos. Son rápidos, graciosos y ayudan a mejorar la pronunciación de sonidos como la “th”, la “s” o la “l”.
Algunos ejemplos:
- Silly snakes silently slithering south.
- Peter Piper picked a peck of pickled peppers.
Puedes convertirlo en un reto: ¿cuántas veces puede decirlo sin equivocarse?
2. Carrera de sonidos – Escuchar bien los sonidos iniciales y finales
Esta actividad ayuda a los niños a diferenciar sonidos parecidos. Por ejemplo, distinguir entre “cat” y “cap” fijándose en cómo terminan.
Puedes usar imágenes impresas, tarjetas o dibujos hechos a mano. ¡Hazlo cronometrando para darle emoción!
3. Hablar frente al espejo – Ver cómo se mueven los labios
Muchos niños no logran ciertos sonidos porque no saben cómo mover la boca. Usar un espejo les permite ver cómo colocan los labios, la lengua y la mandíbula.
Escoge un sonido concreto (como “th” o “r”), haz una demostración y luego que lo imiten. ¡Verse ayuda muchísimo!
4. “Shadowing” – Imitar al hablante como un eco
El “shadowing” consiste en repetir lo que dice otra persona justo después de oírlo. Es ideal para practicar ritmo, entonación y fluidez.
Pon un audio corto de una serie o canción infantil. Que lo escuchen primero y luego repitan frase por frase como un eco. ¡Funciona genial!
5. Rimas – Aprender sonidos con poesía
Las rimas ayudan a los niños a fijarse en sonidos, sílabas y acentos. Además, el ritmo hace que sea más fácil recordar lo que aprenden.
Prueba con rimas como:
Twinkle, twinkle, little star,
How I wonder what you are!
Y si se atreven, ¡que inventen sus propias rimas con sonidos parecidos!
6. Dictado con dibujos – Escuchar y hablar al mismo tiempo
Uno describe un dibujo con frases en inglés (“There’s a red car next to a big tree”) y el otro tiene que dibujarlo.
Luego comparáis los dibujos. ¿Se entendió bien? ¿Se pronunció claro? Es una forma divertida de practicar pronunciación y comprensión al mismo tiempo.
7. Karaoke – Cantar para mejorar ritmo y acento
Cantar es una forma fantástica de practicar pronunciación. Las canciones ayudan a aprender el ritmo, la entonación y el acento sin darse cuenta.
Canciones ideales:
- Head, Shoulders, Knees and Toes
- If You’re Happy and You Know It
Puedes hacerlo más divertido con gestos y movimientos.
8. Charadas fonéticas – Hacer gestos con sonidos
Es como el clásico juego de mímica, pero con sonidos. Los niños actúan palabras que contienen un sonido concreto. Si la palabra es “jump”, saltan. Si es “run”, corren.
Asociar movimiento con sonido les ayuda a recordarlo y a decirlo mejor.
Consejos para madres, padres y profes
Incluso las mejores actividades no funcionarán si los niños no lo pasan bien. Aquí van algunos consejos para mantener la motivación y que aprender pronunciación sea un momento divertido.
Que sea breve, divertido y constante
Las sesiones cortas (10–15 minutos) funcionan mejor. Repite juegos y canciones para reforzar, pero sin cansar. La clave está en la constancia.
Usa imágenes, gestos y tecnología
Apóyate en tarjetas visuales, vídeos, dibujos y apps. Asociar sonidos con imágenes o movimientos ayuda muchísimo.
Apps como Speechling o ELSA Speak están muy bien para practicar. Y no olvides usar tus propias manos para mostrar la forma de la boca o aplaudir sílabas.
Celebra los intentos, no la perfección
¡Elogia siempre el esfuerzo! Aunque no salga perfecto, lo importante es intentarlo. Corrige suavemente, con una sonrisa.
Crea rutinas pequeñas: una rima antes de dormir o un karaoke matutino pueden marcar la diferencia.
¡Divertirse es lo más importante!
Mejorar la pronunciación no tiene que parecer tarea del cole. Cuanto más se diviertan, más aprenden.
Estas actividades son más bien juegos que ejercicios formales. Ya sea diciendo trabalenguas, cantando o jugando al espejo, lo importante es que se sientan cómodos y tengan ganas de participar.
Recuerda: no se trata de hablar perfecto, sino de comunicarse con confianza. Cuanto más escuchen, hablen y jueguen con el inglés, más clara y fluida será su forma de hablar.
Para terminar
Ayudar a tu peque a mejorar la pronunciación en inglés no tiene por qué ser difícil. Con ideas divertidas y un poco de práctica diaria, lo lograrán sin agobios.
Desde trabalenguas hasta juegos de imitación, todo suma. Lo importante es que lo pasen bien mientras aprenden.
Así que, ¡dale al play, busca un espejo o empieza a cantar! Con buen humor y constancia, tu peque va a pronunciar como un auténtico crack.